Blogia
Arboles muertos y mucha tinta

Cuatro novelas de James Bond - 4: Un Fu Manchú de cuarta

Cuatro novelas de James Bond - 4: Un Fu Manchú de cuarta

Dr. No (Doctor No, 1958)
Autor: Ian Fleming
Edita: Zig Zag, Santiago de Chile, circa 1967

Los lectores de este blog saben que el año pasado hice un Especial Peligro Amarillo donde analizamos esas novelas donde villanos de Oriente de dedicaban a crear geniales planes para dominar a Occidente. Así que, sabiendo que el maloso de esta novela entraba claramente en dicha categoría, entré a ella con cierto interés.
Craso error.
Es que la novela, para ser piadosos, es un soporífero de dimensiones cósmicas. Todo empieza con Bond yendo a investigar a Jamaica un trabajo que su superior describe como "menor": hay un par de agentes del Servicio Secreto desaparecidos, aunque se sospecha que estaban enamorados y huyeron a algún destino juntos sin avisar. Pero en cuanto llega comienza a ser perseguido por chigros (chinos negros que viven allí... no, no me lo estoy inventando) que lo quieren despachar a como dé lugar, incluso poniéndole tarántulas venenosas en la cama (igual que en la peli... que por cierto es bastante fiel a la novela original). Al final, junto a su amigo negro Quarrell termina yendo a la fuente del problema: una islita cercana que es propiedad del doctor Julius No, mitad chino, mitad alemán. Que la está usando como base para sabotear los cohetes de la NASA y vender su trabajo científico al mejor postor luego.
Suena más entretenido de lo que es. Por n lado Bond es un tarado: si uno lee con cuidado la mayoría de los aciertos para hacer algo son idea de Quarrell, al menos hasta que lo matan como personaje negro y secundario que es. El doctor No es un Fu Manchú de ligas menores, que nunca parece tan amenazante como el original y que sufre una de las muertes más imbéciles que le conozca a un villano pop: morir aplastado bajo una tonelada de guano de aves. Patético. La chica, Honeychile, está de decoración, algo aregaod forzosamente porque Bond, ustedes saben, siempre necesita una chica con la que acostarse y no fuera que alguna secuaz chigra de No decidiera hacer eso.
Porque bueno está también el típico racismo apenas solapado del Peligro Amarillo. Los ivllanos son todos mestizos de chinos y negros jamaiquinos. O sea que encima deben fumar marihuana. Si encima venden sus inventos a las potencias no occidentales, es que deben ser comunistas. Y no son blancos. Solo les falta ser gays y completamos el sueño húmedo de los políticos de derecha de Occidente.
¿Algo vale la pena? Tal vez el escape de Bond arrastrándose por tubos al rojo vivo y peleando contra pulpos gigantes, que no habrían estado mal en algún pulp de los años 30. Pero diez, doce páginas no ameritan soportar una novela completa.
Mala, muy mala esta novela. No pierda el tiempo y vea la película. Que tampoco es gran cosa pero de última tiene a Ursula Andress en un bikini blanco para regocijar la mirada.

Para leer las partes anteirores vayan:
Parte 1
Parte 2
Parte 3

(continuará...)

0 comentarios